Feijóo, Mazón y otros chicos del montón
El líder del PP se tambalea entre el desgaste interno, la gestión del PP valenciano y un electorado fragmentado que busca nuevas respuestas
Tres años después de la “destitución” de Pablo Casado como presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo se encuentra en un momento de estancamiento y crisis de expectativas como líder del partido alfa de la derecha española. El último barómetro del CIS confirma la delicada situación de quien llegó a afirmar que no era presidente porque no quería: solo el 39% de sus propios votantes lo prefieren como presidente del Gobierno. Este dato no solo pone en cuestión su capacidad para presentarse como alternativa sólida a Pedro Sánchez, sino que además evidencia un desgaste interno que amenaza con fragmentar aún más el espacio político de la derecha.

La cifra es preocupante, especialmente si se compara con la de Sánchez, quien mantiene un apoyo cercano al 70% entre el electorado socialista. Mientras Vox recupera terreno en medio de un aumento de la desafección política tras la DANA que asoló Valencia. Vox se posiciona como el refugio del descontento entre los votantes de derechas menores de 35 años, lo que se refleja especialmente en que Santiago Abascal supera a Feijóo en estas franjas de edad en el dato de preferencia para presidir el Gobierno de España. La falta de conexión de Feijóo con su base no es un problema menor. En momentos de crisis interna, el respaldo de los votantes propios es fundamental para proyectar una imagen de solidez y confianza.
Por otro lado, figuras como Isabel Díaz Ayuso también aparecen en el propio barómetro del CIS. Pese a no ser dirigente nacional, un buen porcentaje de votantes señala su nombre, lo que la lleva a situarse incluso por encima de la líder de Sumar, Yolanda Díaz. Aunque su rol está circunscrito al ámbito regional, su popularidad dentro del PP podría alimentar futuros debates sobre el liderazgo del partido, especialmente si Feijóo no consigue resultados electorales sólidos en los próximos meses. Ayuso representa una narrativa más directa y combativa, lo que encaja mejor con un electorado conservador que busca respuestas claras ante los desafíos actuales y formas más beligerantes frente a la “progresía”. Además, en el sistema institucional y mediático español, contar con una presidencia autonómica como la de Madrid otorga una visibilidad que en numerosas ocasiones supera a la del líder de la oposición.
En el lado opuesto del espectro político, Sánchez sigue siendo el líder indiscutible dentro de su base, mientras que Díaz cae por debajo del 30% entre sus propios votantes. Al desgaste de su figura política protagonizado durante el último año se suma ahora las consecuencias del caso Errejón.
Mazón, en la cuerda floja
Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, está al borde del colapso político tras la nefasta gestión de la DANA y el retraso en la remodelación de su Consell. La reestructuración, anunciada días atrás como respuesta a las críticas, genera incertidumbre en su partido. Los cambios confirmados son el nombramiento de Susana Camarero como portavoz del gobierno y la incorporación de Marian Cano, hasta ahora presidenta de la patronal del calzado, al frente de Industria y Turismo. También el nombramiento del militar Francisco José Gan Pampols como vicepresidente para la reconstrucción. Sin embargo, cargos clave, como la consellera de Interior y Justicia, Salomé Pradas, permanecen en sus puestos.
De esta forma, Mazón intenta apagar el fuego de la crisis de la DANA con movimientos cosméticos: ficha perfiles "técnicos" de la patronal y el ejército. Pero este intento de salvar los muebles llega tarde en un escenario de desafección política que su propia gestión ha agravado.
Ribera y la Comisión Europea: el PP abre un frente en Bruselas que termina en repliegue
El Partido Popular español ha utilizado la candidatura de Teresa Ribera a la Comisión como un frente de batalla político para desviar la atención de las críticas tras las devastadoras inundaciones en Valencia. La delegación española del PP en Bruselas se ha tirado el órdago de votar contra toda la Comisión si Ribera es confirmada. Ya saben, jugar la política internacional y europea con la visión corta de la clave interna. Una postura que ha buscado desgastar a la todavía vicepresidenta tercera del gobierno español.
Ante la votación decisiva sobre la nueva Comisión que tendrá lugar la próxima semana, en una sesión plenaria con sufragio secreto, el Partido Popular Europeo (PPE) ya ha dado orden de votar favorablemente a la nueva Comisión, por lo que Ribera se convertirá en nueva vicepresidenta del ejecutivo europeo, pese a los infructuosos intentos del PP por evitarlo.
El escenario actual del Partido Popular se articula en torno a estos tres frentes. A este panorama se suma un contexto político nacional donde Sánchez enfrenta el desafío de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2025, una cuestión que podría dejar sin horizonte próximo al liderazgo de Feijóo y asegurar la continuidad del ejecutivo, como mínimo, hasta 2026.